En esta película guatemalteca dirigida por Rafael Tres, conocemos a Sol, que a simple vista parece una adolescente común; pero al llegar a conocerla nos damos cuenta de que tiene una gran pasión por el fútbol. Desafortunadamente, no es tan fácil para ella cumplir con su sueño, porque se encuentra con muchos obstáculos por parte de su padre y de sus maestros: el pasado de su abuelo que también fue futbolista, el prejuicio de que las mujeres no juegan al fútbol y que si juega, descuida sus estudios. En la narrativa visual de esta película hay muchas imágenes de la Ciudad de Guatemala, el Estadio Mateo Flores, las típicas colonias capitalinas, en fin, uno siente que llega a conocer el entorno de Sol. Me impactó que retrate tan bien a la clase media guatemalteca, el colegio y la pasión por el fútbol. Es fácil identificarse con las amigas de Sol y de cómo permanecen unidas a lo largo de la película. Creo que el final no es nada inesperado, pero yo sentí que se desarrolló de una manera muy rápida. El ritmo de la película al principio es muy lento, pero en cuestión de minutos toda la historia se desenvuelve muy rápido. Lo que le cambiaría entonces más que la historia en sí, sería que se llegara al final de una forma más sutil.
En cuanto a mis comentarios, creo que siendo una película guatemalteca, (donde la industria no ha llegado a desarrollarse mucho) no deja mucho que desear. Uno se ve envuelto en la historia, tiene muchos momentos con los que uno se llega a identificar y todos queremos ver a Sol triunfando. Si bien es cierto que el guión no es excelente y las escenas de los partidos de fútbol llegan a ser tediosas, es recomendable verla para darse una idea de cómo está el cine guatemalteco.
